martes, 6 de septiembre de 2011

El gen del Casi-casi...

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Se dice que los venezolanos nacemos con una arepa bajo el brazo, nunca entendí bien esa expresión, es decir, la entiendo de dos maneras diferentes, la primera, que los venezolanos tenemos el pan asegurado de por vida. La segunda, que estamos atados al pan de maíz desde el momento en que llegamos a este mundo.

Otra cosa con la que nacemos es mucho más difícil de entender, es una especie de resignación histórica a nuestro destino, dejando en manos del azar lo que pueda sucedernos. Como si una predisposición genética nos dijera que es suficiente llegar hasta donde llegamos y conformarnos con estar ahí. Pasa en todos los aspectos de nuestra pintoresca sociedad, política, económica, cultural... Pero sobre todo, y de manera más visible y menos dolorosa, pasa en lo tocante a los deportes.
No somos un país que destaque en deportes populares. A excepción del béisbol (que es un deporte que llama la atención sólo en países que han recibido una fortísima influencia cultural estadounidense) El baloncesto, el fútbol, el tenis, el atletismo, la natación y el golf, deportes de los más seguidos a nivel mundial, son disciplinas en la que pocas veces nuestra enseña patria ha dicho presente.  Eso podría justificarse usando tópicos como "falta de apoyo" "falta de patrocinio" "falta de infraestructura" Pero a decir verdad lo que más "falta" es identificación con lo que en términos deportivos se conoce como "Los Colores" 

Digo esto a riesgo de parecer ofensivo y seguramente la gente dirá que cada vez que un jugador se viste de Vinotinto bla, bla bla. La verdad, gente, es que deseo no empreña, y por muy buenas intenciones que tengan los jugadores, no servirán de nada si a la hora de la chiquita el sudor es poco. Sudar la camiseta es dar el extra como ante Paraguay, caerse y levantarse como el chamo de las BMX. Pero también es dar ese codazo oportuno cuando te están perreando, esperar hasta el final del Clásico Mundial para tomarte todo el whisky que puedas comprar y así no poner la cómica, no conformarse con un punto, o con llegar al repechaje, o con llegar de 5to, "qué vaina chico, y eso que clasificaban los primeros 4"

También uno tiene la culpa al celebrar victorias poco trascendentes con la excusa desgastada ya de que "Es un aprendizaje" o "para el próximo Mundial, Olimpiada, o Copa Davis será" 
Al atleta hay que exigirle, porque al recibir el llamado a la Selección,cualquiera sea el deporte, está (o debería estar) asumiendo la responsabilidad de representarte a ti o a mi, porque ni tú ni yo tenemos la experticia para lanzar una recta a 97 millas, o adivinar hacia dónde va el penalti, en fin, somos fanáticos y no atletas, nuestro papel es alentar, pero también reclamar cuando las cosas se están haciendo mal. 
Al fin y al cabo ¿no es eso lo que nuestros padres hacen cuando nos portamos mal?

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