lunes, 9 de abril de 2012

A que tu tetera nunca echó tanto humo...

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"Pues como terminan siempre estas cosas: en un orgasmo, o mejor dicho ¡en dos orgasmos!"  Porque no iba a pensar ella que sólo por haber atravesado el país se merecía la exclusividad orgásmica de aquella noche. Esto lo pensó, mas no lo dijo.

Los dedos que recorrían aquellas piernas, eran su única forma de comunicación con el mundo exterior. de paso, existen silencios cómodos que ni el más elocuente echador de perros se atrevería a profanar.Por eso no habló más.

Siempre fue de tener la respuesta justa en el momento preciso. O al menos sus interlocutoras se habían encargado de hacérselo creer. Ahora estaba ahí, con un compromiso de esos que se adquieren por ligereza y que con esa misma ligereza se disuelven. Pero la fortaleza de ese compromiso era la simpleza de esos dedos recorriendo esas piernas. Esa fuerza de atracción que absorbía hasta la luz hacia ellos, estaba cimentada en lo fugaz de una mirada, más que en años de entrega.

Creía reconocer ese cuerpo. Mas que haberlo visto, lo había soñado: Húmedo al tacto, fresco y tembloroso. Con ese vaivén cadencioso y caótico que la respiración entrecortada y el pretencioso vino dan a las damas a la hora de la entrega.

De más están los detalles. Quedaron flotando en el cuarto. Pregúntale a los vecinos del cuarto de al lado. Tal vez en su obligada vigilia, pudieron recaudar algún dato, ininteligible entre tantas maldiciones, gritos y jadeos. "La debe estar matando" atinó a pensar la señora, mientras masticaba los últimos vestigios de su orgasmo talla S.

Así despertaron como quien tiene por delante un largo futuro de un fin de semana. Marcados con uñas y dientes, con la delicadeza de haber dejado esas marcas, en lugares que la modesta ropa, cubre como tramada alcahueta...

viernes, 9 de septiembre de 2011

Piove...

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Decir lluvia es más que decir esferas de agua que caen pecipitadamente  (acaso haya otra forma de caer) al suelo. Al suelo o al agua, que los seres humanos somos  mezquinos, al punto de llamar tierra a un lugar constituido principalmente por el líquido medio. En fin, la lluvia es banal fenómeno para el ojo nublado por preocupaciones y ocupaciones indistintamente.

Sepa el lector entender que el mojar de la lluvia viene del seco azote del astro que brilla arriba. Que no es ni mucho menos nuestro, pero que en virtud de esa potencia lejana, coronaron los sabios poéticos como Rey.

Calienta entonces con sus millones de dedos, lo que nuestros dedos llamaron aire, haciendo que éste cambie y se haga más ligero, yendo así con las diminutas esperas de aire en él suspendidas, a ocupar un espacio en el espacio, y desplazando hacia abajo al que se encontraba más arriba- Es allí donde se forman las comunidades blancas y esponjosas. Blancas es un decir, porque entre las sombras y las luces y las conveniencias de quien las mire llegan del más lúgubre gris, al malva más sublime.

 Y ahí están, unas junto a otras en voluptuosa congregación, terribles son en su majestad, como terribles son las caricias que de ellas brotan. Caricias azules, fugaces y trémulas que escuchamos los mortales, a veces con miedo, otras con asombro, pero nunca con indiferencia. Será porque el azul de estas, rayo luminoso y quebradizo y quebrador, llega a nosotros y aun sin verlo lo vemos.

De esa algarabía celestial o aérea, depende aquí de si el espectador tiene o no fe, van a decidirse uniones suicidas, las de estas y aquellas moléculas, con éstas u sus otras iguales, y como en pacto de amantes que saben prohibida su unión, abandonan su medio y van al encuentro de su destino allá abajo, o aquí abajo, dependerá esto también, como casi toda cuestión dialéctica, de quién observe.

Cae entonces hacia nosotros y moja e inunda y la temen allá donde conocen su fuerza y la esperan quienes nunca habiéndola, visto deben escapar de su tierra, ávidos de un lugar donde refresque su líquido caer y su transparencia se haga verde vivo, eterno, sanador de toda hambre y de toda sequedad.

Es por esto y por otras mil razones, que no pretendo enumerar, que resulta estéril maldecirla o bendecirla, insignificantes son las palabras del hombre ante las cosas que no puede cambiar, queda en todo caso, el recurso de describirlas, como siempre con la parcialidad del momento, rasgo inequívoco de humanidad.

martes, 6 de septiembre de 2011

El gen del Casi-casi...

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Se dice que los venezolanos nacemos con una arepa bajo el brazo, nunca entendí bien esa expresión, es decir, la entiendo de dos maneras diferentes, la primera, que los venezolanos tenemos el pan asegurado de por vida. La segunda, que estamos atados al pan de maíz desde el momento en que llegamos a este mundo.

Otra cosa con la que nacemos es mucho más difícil de entender, es una especie de resignación histórica a nuestro destino, dejando en manos del azar lo que pueda sucedernos. Como si una predisposición genética nos dijera que es suficiente llegar hasta donde llegamos y conformarnos con estar ahí. Pasa en todos los aspectos de nuestra pintoresca sociedad, política, económica, cultural... Pero sobre todo, y de manera más visible y menos dolorosa, pasa en lo tocante a los deportes.
No somos un país que destaque en deportes populares. A excepción del béisbol (que es un deporte que llama la atención sólo en países que han recibido una fortísima influencia cultural estadounidense) El baloncesto, el fútbol, el tenis, el atletismo, la natación y el golf, deportes de los más seguidos a nivel mundial, son disciplinas en la que pocas veces nuestra enseña patria ha dicho presente.  Eso podría justificarse usando tópicos como "falta de apoyo" "falta de patrocinio" "falta de infraestructura" Pero a decir verdad lo que más "falta" es identificación con lo que en términos deportivos se conoce como "Los Colores" 

Digo esto a riesgo de parecer ofensivo y seguramente la gente dirá que cada vez que un jugador se viste de Vinotinto bla, bla bla. La verdad, gente, es que deseo no empreña, y por muy buenas intenciones que tengan los jugadores, no servirán de nada si a la hora de la chiquita el sudor es poco. Sudar la camiseta es dar el extra como ante Paraguay, caerse y levantarse como el chamo de las BMX. Pero también es dar ese codazo oportuno cuando te están perreando, esperar hasta el final del Clásico Mundial para tomarte todo el whisky que puedas comprar y así no poner la cómica, no conformarse con un punto, o con llegar al repechaje, o con llegar de 5to, "qué vaina chico, y eso que clasificaban los primeros 4"

También uno tiene la culpa al celebrar victorias poco trascendentes con la excusa desgastada ya de que "Es un aprendizaje" o "para el próximo Mundial, Olimpiada, o Copa Davis será" 
Al atleta hay que exigirle, porque al recibir el llamado a la Selección,cualquiera sea el deporte, está (o debería estar) asumiendo la responsabilidad de representarte a ti o a mi, porque ni tú ni yo tenemos la experticia para lanzar una recta a 97 millas, o adivinar hacia dónde va el penalti, en fin, somos fanáticos y no atletas, nuestro papel es alentar, pero también reclamar cuando las cosas se están haciendo mal. 
Al fin y al cabo ¿no es eso lo que nuestros padres hacen cuando nos portamos mal?

martes, 19 de julio de 2011

R.E.S.P.E.C.T.

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Les duele... No por envidia ni por ganas de estar en nuestro zapatos, no. Les duele porque lo más difícil de tragarse son las palabras, más cuando nos empeñamos en hablar mal sin conocer realidades.

Yo hablaba en contra de el cuerpo técnico de la selección, tal vez de más, pero siempre con argumentos. De hecho los dos aspectos de los que era detractor eran la falta de identidad y la prepotencia del DT. Ambas cosas han cambiado.

En todo caso, con razón o sin ella, estaba hablando del fútbol de mi país, el cual sigo desde hace ya bastante tiempo como para opinar, mantener mis posturas y cambiarlas en caso de considerar que están fuera de contexto. Pero cuando llega un foráneo o uno del patio, a decir que tal o cual jugador es "peor que" y lo compara con algún futbolista de esos se ven en el inalcanzable top europeo; o llega un periodista a decir que vamos "a perder porque nunca antes habíamos ganado" se me llena el ojo de sangre. No puedo más que molestarme porque me duele mi camiseta y porque por esa camiseta podría golpear gente o ser golpeado.

Antes era sencillo, Venezuela se tachaba en los calendarios y se sumaban seguro los 3 puntos, más todavía, la diferencia de goles de todos se inflaba siempre que tenían en frente a nuestra selección. Por esto extranjeros y locales se relamían con comentarios agoreros y predicciones fáciles en las que siempre perdíamos por goleada.

Pero el niño sometido del salón creció...(?) Al menos está en la ruta de hacerlo. Y el principal problema es que aquellos eruditos del fútbol, los que tenían como única referencia las goleadas, tienen ahora que investigar qué es eso de "Cachamay" y cómo es eso que el negrito del Málaga es veneco... Se les caen las predicciones y se resisten a aceptar que los paradigmas se rompen. Les duele aceptar que no pasan del cuarto partido en Copas del Mundo y que nosotros logramos por primera vez estar en semis de Copa América, es decir, nosotros avanzamos y ellos continúan estancados. Les duele aceptar que su mayor figura en estos momentos es producto del fútbol de Europa, y quieran o no deben aceptar que no logran nada importante desde el siglo pasado. Sin embargo nosotros hemos logrado (por ensayo y error, por imitación, por inventiva criolla) tener equipos que si forman jugadores valiosos que solo tienen un handicap que les impide llegar a los equipos élite: Su nacionalidad.
Les molesta que con una organización mediocre, y sin las presión de los medios, la política o las mafias, estemos donde estamos, y ellos deban esperar a las eliminatorias a ver si se sacan la espinita, porque de esta copa ya están fuera.
Les da fastidio aprenderse apellidos nuevos, caras nuevas, eso les irrita. Crema Cero con eso mis amargos...

Nosotros sabemos lo que tenemos y lo que pueden dar, los vemos domingo a domingo. Aunque ustedes tengan 57 años viendo jugadores y hablando de ellos y viviendo de ellos, a estos no los han visto, reconozcan que hablan desde la ignorancia y no desde la experiencia. Al final para nosotros, por puro patriotismo futbolero la balanza siempre se inclinará hacia el subestimado, el outsaider, el de aquí...

Pase lo que pase de aquí para adelante todo es ganancia, sobre todo en el ámbito anímico. Esto es once contra once y ellos por fin se están dando cuenta, aunque no lo acepten.



domingo, 13 de marzo de 2011

Caracas Copera

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Durante los últimos cinco años Caracas a experimentado un crecimiento en cuanto a lo futbolístico. La identificación de la ciudad con su equipo ha ido in crescendo al punto de que no es raro ver camisetas del equipo en hombres mujeres y niños a lo largo y ancho del valle capitalino. A esta identificación, algunos (los oscuros de siempre) han tratado de darle el odioso calificativo de moda. Si bien es cierto es un fenómeno reciente, no es menos cierto que ir al estadio a ver al rojo, no es tan fútil como usar unos Ray Ban o tener una cuenta en Facebook.

El auge del Caracas Fútbol Club se cimenta en varias aristas, los títulos obtenidos, el desenfreno con el que su hinchada lo alienta... Pero por encima de todo esto hay una particularidad y es la proyección internacional que le ha dado el Rojo a su ciudad.

Caracas hace 6 años no aparecía en el mapa futbolero. Incluso, luego de la Copa América 2007, que supuso un remozamiento de los campos de fútbol del país, la Sultana del Ávila tuvo que conformar con las migajas que los oscuros de siempre le dejaron y que los gobernantes de turno, no menos oscuros, aceptaron, haciendo creer que se trataba de una generosa ayuda.

Hoy en día la realidad es otra. Aunque no se vean casas pintadas con los colores del equipo, aunque no se reciten de memoria 6 ó 7 alineaciones históricas, aunque tengamos el segundo peor gramado del país, Caracas es una ciudad copera. Los rivales que vienen a Caracas no vienen por tres puntos de trámite. Nada más lejos de la realidad. A Caracas todos vienen a buscar un empate y a procurar no salir con las tablas en la cabeza, como se diría en buen criollo. En ese espantoso gramado han caído grandes del continente (San Lorenzo, Chivas...) Los Gigantes de Brasil como Gremio o Santos, han sudado chillado y sufrido, para conseguir un empate. Esto no es casual, esto es fruto del esfuerzo de quienes en un pasado se dieron a la tarea de construir una institución que con el paso del tiempo se ha convertido en patrimonio de la capital. Muy por encima de los intereses económicos de quienes ahora llevan las riendas, este equipo le ha dado a la ciudad un lugar en el mapa de la CONMEBOL, Hoy no es sorpresa ver al equipo comandando la tabla de su grupo, no por una cuestión de técnica (jugadores) o de táctica (cuerpo técnico)Lo que nos tiene en primer lugar de la tabla es que somos un equipo copero, que ha jugado, ha ganado, ha empatado y ha perdido. La camiseta está curada y más aun, impone respeto donde quiera que se pare.

En conclusión, podemos tener una plantilla limitada, un cuerpo técnico que no es del agrado de muchos; puede que haya dirigentes miopes que no reconocen el potencial de lo que tienen en las manos; nuestra cancha es un potrero y eso sólo se puede tapar con un nuevo gramado, pero hoy podemos mirar al Ávila y decir sin falsas modestias que Caracas está en el mapa del fútbol y que tenemos un equipo con mística de copa.

domingo, 19 de septiembre de 2010

No soy sho, sos vos.

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Luego de la abrupta salida de Chita del banquillo Rojo, un sentimiento sutil y lánguido flotaba tras la ira contra la directiva del club. Un sentimiento opacado por el dolor que suponía tan repentina pérdida.

Me refiero a que muchos de nosotros, en la privacidad de nuestras casas, teníamos una espinita en contra de ese "recién llegado" que le estaba "quitando" el puesto al profe. En aquel momento, el panorama se antojaba difícil y tres victorias seguidas sobre el eterno rival, nos hicieron olvidar todo lo que había pasado, A tal punto que aun cuando el mayor merito de la onceava estrella es de Noel, ni por equivocación cantamos su nombre en la celebración de Chacaito.

Todo era felicidad y esperanza en que el equipo estaba en buenas manos. Al menos había confianza en una buena participación en Copa Sudamericana y cómo no, mantener el pie en el pescuezo de la gallina tachirense.

Ninguna de las dos cosas ha pasado del todo, pero tampoco ha dejado de pasar, todavía estamos vivos (y con bastantes probabilidades, que no tantas posibilidades) en la Nissan y los Gochos no pudieron ganarnos, a pesar de su clara superioridad futbolística.

¿Qué está pasando? Evidentemente toda la euforia por el título y el haber humillado al Táchira en su casa ya se ha disipado, dejando ver el sentimiento extraño del que les contaba al principio de estás lineas. Los resultados negativos han potenciado la incomodidad y algo aun más peligroso, la inconformidad.

Cuando un padre ve que su hijo hace lo indebido, lo reprende, por amor, y por más cruel que parezca el castigo, el hijo no deja de ser hijo y el amor no deja de existir. Pero el padre perdona y los castigos se olvidan cuando el carajito llega a la casa con buenas notas. En todo caso lo que trato de ilustrar es que en las relaciones afectivas deben haber altos y bajos, momentos tensos en los que se ponen a prueba los lazos y su fortaleza.

Quien quiera insultar a Ceferino está en pleno derecho de hacerlo, pero debe recordar que no todos los partidos se ganan, que el contrario también juega y que él puede pedir, pero a fin de cuentas no es él quien hace los fichajes.

Por otra parte quienes decidan apoyarlo, deben saber que todo tiene un límite y que el afecto se gana con hechos, como dicen por ahí "goles son amores" y que le falta mucho para llegar cerca del lugar que tiene Chita en el corazón del caraquismo.

Este Caracas no es el que le ganó a Táchira 1 a 4, pero tampoco es el Caracas de Barrabás que perdía los partidos antes de jugarlos. La actitud hace falta, tres partidos sin anotar lo confirman. Es ahí cuando la voz del líder debe escucharse. Tenemos jugadores de peso, y hay que sacarles el mayor rendimiento posible, en eso Chita es un experto (pregúntenle a Bustamante)Yo reclamo (con el respeto que se merece Bencomo) resultados satisfactorios y un juego vistoso, cónsono con la filosofía del club.
Hay tiempo para enderezar algunas cargas, y espero con amor de padre regañón que se logre. Sin embargo con ese mismo amor de padre le digo hoy al Director Técnico del equipo que amo, que ya es hora de ponerse las pilas y ganar, porque para eso le pagan.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Hincha militante

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Hace algunos años me topé con unos colores que al poco tiempo se convertirían en mi pasión. Una tarde cualquiera decidí acercarme al estadio y ver de cerca lo que para
aquel entonces disfrutaba muy poca gente aquí en Caracas, el fútbol.

Caras nuevas y uno que otro personaje que facilmente reconocía de otras partes fueron apareciendo en el estadio y poco a poco me fui sintiendo cómodo. Si, es un lugar común decir que "antes eramos 20 pelagatos" pero quien lo vivió de primera mano no deja de asombrarse al ver un Estadio Olímpico a rebosar. Tener que comprar una entrada a los revendedores era algo que sólo pasaba cuando ibas a un Caracas Magallanes ¿revendedores en el fútbol? ¡Ja! ni de vaina, aquello no era negocio.

Hoy es mucho más sencillo, y sobre todo más atrayente, acercarse a un lugar lleno de gente que corea las canciones y putea a los rivales. También es mucho más fácil llamarse hincha de un equipo que ha ganado 11 veces y que aporta el mayor porcentaje de jugadores a la selección nacional, pero ese es otro tema.

Lo Cierto es que hemos crecido y con ese crecimiento llegan nuevos retos, nuevas responsabilidades, me refiero a que hay una serie de códigos intrínsecos que dimanan de la calidad de hincha. El hecho de defender tus colores y odiar a tu rival es algo con lo que no se nace, al menos no para nosotros en esta generación. Eso les tocará a nuestros hijos y sera nuestra responsabilidad hacer que ellos sientan la camiseta, pero en última instancia será decisión de ellos y nosotros solamente podremos observar. Pero es muy temprano -al menos para quienes no tenemos hijos- pensar en eso, así que concentrémonos en lo que es realmente importante: Ser hinchas hoy.

Diferencias aparte nadie puede decir que quiere al equipo más o menos que quien se siente a su lado en el estadio. los diferentes criterios quedan ahogados en un solo grito: ¡TACHIRENSES HIJOS DE PUTA! Si, Por extraño que parezca el odio nos hermana, y por un momento somos y pensamos lo mismo.

No pretendo dar un mensaje de unidad, ni hermanarme con quien tenga diferencias, simplemente quiero que por lo que queda de semana vivamos lo bonito de tener un enemigo común. En la unión está la fuerza. Uno por uno los dedos son débiles, pero cerrados forman un puño fuerte y demoledor, capaz de borrar con un sólo movimiento cualquier atisbo de sonrisa de la cara más feliz.

Hoy más que nunca soy un Hincha Militante. Capaz de defender a un desconocido por el simple hecho de llevar puesta la misma camiseta.
Hermanos, está semana es para disfrutarla, para inflar el pecho de orgullo rojo, para mirar con desprecio al gocho de la panadería, para reivindicar el gentilicio caraqueño y regocijarnos en haber escogido bien nuestros colores, esos que jamás dejaremos de lado aunque nos mudemos a otra ciudad, a otro país o a otro continente.
hoy te invito a ser un Hincha Militante.