jueves, 15 de abril de 2010

Mucho Gusto, mi Nombre es Hincha

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La cancha no requiere estar llena de bote a bote para que haya tensión en el ambiente y cierto aire hostil. Hay cervezas medio calientes pocetas medio llenas y esa mirada, mezcla de decepción y esperanza se asoma en la mayoría de los ojos sin importar de qué color éstos sean. Toda la semana esperando este día y por fin llegó. Poco importó la pelea con la mujer, o el examen de cálculo que tenemos mañana, ni el apretado presupuesto que obliga a rezar mientras te devuelves caminando a casa. Estamos en La Paz, Coquimbo, Barranquilla, Caracas, La plata... En cualquier lugar de Sur América un domingo cualquiera. Nuestras ciudades se pintan de colores y toda la carga, toda la presión va a salir por la boca de quienes asisten a las canchas de fútbol.

Juan Pérez lleva más de seis meses desempleado y para él hay pocas cosas que puedan sacarle una sonrisa: el fútbol, la cerveza y un beso comprado ocasionalmente, le hacen olvidar que La China está cansada y que tarde o temprano lo dejará. Juan tiene miles de equivalentes en cada cancha del continente. Unos deben más de lo que pueden pagar, otros acaban de enterrar un ser querido, otros están agobiados por el demonio del vicio, y sin embargo todos los Juan Pérez asisten a tratar de cambiar ese cúmulo de penas por la efímera alegría de gritar un gol.
Ha dejado atrás todo. La carga de una semana viendo como otros tienen lo que él no (amor, salud, comida...) y el infeliz busca refugio en lo único a lo que le ha sido fiel, ese amor que no le va a reprobar en ningún examen, ese que no lo manda a tender la cama ni a sacar la basura, ese que no finge los orgasmos ni piensa en otro mientras le besa. Es la verdadera alegría poder estar ahí y sentir que puede lograr que las cosas cambien.

Quien no entienda lo que sentimos los millones de Juan Pérez que habitamos esta tierra bonita a la que todos han querido manosear, pobremente podrán entender cuando leen o escuchan frases como "moriría por ti" "iré donde tú vayas" "sueño contigo de noche" y quien no entiende frases de amor es porque nunca ha amado.
Para el que se sabe hincha no hay placer mas grande que haber hecho respetar esos colores que eligió: los resultados son circunstanciales, así como lo son jugadores, técnicos y directivos. Juan Pérez no tiene para fichar al mejor jugador, ni puede comprar árbitros. Aunque Juan sepa exactamente dónde poner a un jugador para que rinda, él no dirige al equipo, entonces hace lo que puede, lo que sabe...

Un acto de violencia no es sólo partir una cabeza o robar la ropa al equipo visitante. Obligar a la familia a ver un juego en lugar umbrío con charcos y hedores es violencia. Es violencia asimismo hacerse el ciego ante los códigos del deporte. Faltar el respeto a los ídolos, es una afrenta que pocos están dispuestos a pasar por alto. Los oscuros del fútbol no casi nunca entienden en que lío se metieron, que este no es un negocio más y que aunque lo fuere, Juan Pérez solo entiende de sentimientos y responde con la pasión, hermanado en un puño apretado y en un grito que ensordece.
En una cancha se desborda todo aquello que uno tiene por dentro. Un hincha es el hijo no reconocido que el amor al deporte tuvo con la inconformidad social, un reflejo que nadie quiere ver. A Juan Pérez lo señalan como violento, pero él sólo responde ante los ataques. Cuando pelea es porque algo está mal por fuera, la violencia sin sentido no existe, siempre hay alguien que la provoca y entonces hay reacciones.
No, el hincha no es un santo, no quiere serlo, pero en la medida que los oscuros del fútbol se quiten los opacos cristales con los que miran hacia la grada, Juan Pérez no tendrá motivos para volver a casa con la nariz rota, y la frente en alto, sabiendo que hizo respetar sus colores.

5 Response to Mucho Gusto, mi Nombre es Hincha

15 de abril de 2010, 19:30

Muy bueno Bro... el que no lo entienda, seguro es un criticon de oficio de los que hablan como el martes sin siquiera estár en el estadio.

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15 de abril de 2010, 19:33

Sin Palabras.
Gigante

16 de abril de 2010, 13:00

QUE ESTUPIDEZ MÁS GRANDE, TODO PARA JUSTIFICAR LA IGNORANCIA

16 de abril de 2010, 22:03

La ignorancia no se justifica, sólo se vive en ella, pero bueno, imagino q de eso tú puedes dar fé...
Como se le llama a quien critica lo que desconoce?

20 de abril de 2010, 15:35

Vaya que sí las visceras son las que responden cuando se profana, como diría galeano, la misa pagana. Mucho por decir, mucho aún que demostrar, dando respuesta a lo que sale desde dentro.
Si no lo sientes no lo entiendes...

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